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Navidades con conciencia

Navidades con conciencia

Naomi Cordero Más allá de lo físico

 

La Navidad es, para muchos, una época de alegría, música, festividades y luces. Pero para otras personas —incluyéndome— esta temporada puede convertirse en una fuente profunda de ansiedad y frustración. Cuando vives con diversidad funcional o con sensibilidades sensoriales intensas, esta no siempre es “la época más bonita del año”. A veces, es la más retante.

Uno de los detonantes más difíciles es la pirotecnia.
Mientras para algunos son solo “fueguitos” o un ruido festivo, para personas como yo, esos estallidos se transforman en una experiencia desestabilizadora. Y  hablo desde la experiencia
Año tras año trato de prepararme mentalmente, respiro profundo, trato de anticiparme… pero el cuerpo reacciona antes que la mente.
No es un capricho.
No es falta de control.
No es exageración.

Es una respuesta real, involuntaria y muchas veces desgarradora.

Y lo más difícil no son solo los ruidos:
son los comentarios crueles, hirientes y llenos de incomprensión.
Frases como “ay, vuelve con lo mismo”, “eso no es nada”, “tienes que acostumbrarte”, “estás dañando la celebración” hieren y nos hacen sentir muy culpables

Por eso, hoy quiero compartir una guía sencilla, pero vital, para cuidadores, familiares y personas cercanas.
Una guía para vivir unas Navidades con conciencia, con verdadera empatía.


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⭐ Guía de apoyo para una Navidad con conciencia

1. Acompáñalo sin hacerlo sentir culpable

No le digas que está “arruinando el momento”.
Para ti es un ruido. Para él o ella, es una avalancha sensorial.
Tu empatía puede contener lo que su cuerpo no logra controlar.

2. No obligues su permanencia en lugares llenos de ruido

Si te pide irse, moverse o apartarse, respétalo.
No es un “antojo”; es protección emocional y física.

3. No minimices su experiencia

Frases como “eso no es nada” o “te tienes que acostumbrar” invalidan el dolor real.
No podemos “acostumbrarnos”, aunque queramos.

4. Permite que exprese sus emociones

Si necesita llorar, respirar profundo o desahogarse, acompáñalo.
No digas “cálmate” o “no llores”.
Déjale sentir; sentir también es sanar.

5. No compares con tu experiencia

Lo que para ti es simple, para nosotros no lo es.
Tus parámetros no se aplican a nuestros cuerpos.

6. Prepárate con lo esencial

Arma un bulto con:

- Audífonos

- Sábanas o manta sensorial

- Medias cómodas

- Medicamentos (si aplica) ya que estos ruidos pueden causar en nosotros fuerte dolores de cabeza

- Agua

- Snacks

-Objetos que generen calma


7. Resguárdale un lugar tranquilo

Busca un espacio apartado en las casas o actividades para que pueda respirar sin sobresaltos.

8. Cuida los horarios

Muchos ruidos comienzan de noche.
Ayúdale a comer antes o después si en medio del caos no puede hacerlo. Es probable que debido a la sobreestimulación y sobre exaltación que esto genera no pueda comer con calma en todo el día así que Procura hidratarlo bien y ofrecer alimentos luego de los eventos cuando haya mayor calma

9. No obligues a quitarse los audífonos

Son su refugio.
Forzarlo genera más tensión, miedo y descontrol.

10. Sobre todo… no lo hagas sentir como una carga

Esto es lo más importante.
Nadie elige que su cuerpo y su mente reaccionen así.
No es su culpa.
No es intencional.
No es una decisión.

NO TENEMOS CULPA.


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La Navidad también puede ser un tiempo bonito para nosotros, pero solo si quienes nos rodean se comprometen a crear un ambiente respetuoso y seguro.
No pedimos milagros.
Pedimos comprensión.
Pedimos presencia.
Pedimos conciencia.

Ayúdanos a vivir unas Navidades más tranquilas.
Tu empatía puede cambiarlo todo.

Navidades con conciencia: por nosotros, por ustedes, por todos.


Felices fiestas
Nos veremos el próximo año para seguir compartiendo contenido desde el corazón y con mucho valor